Durante los últimos meses, Ortega y Murillo "han intimidado a cualquiera que se oponga a sus esfuerzos por afianzar su poder en Nicaragua, incluso mediante el arresto de decenas de candidatos políticos, periodistas, líderes estudiantiles y empresariales, trabajadores de ONG y defensores de los Derechos Humanos", ha explicado el portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Ned Price.
El Gobierno estadounidense ha definido esta campaña "antidemocrática" que incluso ha incluido la descalificación por parte del Consejo Supremo Electoral del último partido genuino de oposición que quedaba vigente en el panorama político de Nicaragua.
Todas estas acciones "antidemocráticas y autoritarias" hacen que, tal y como ya apuntó a comienzos de mes el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, el proceso electoral de Nicaragua y sus eventuales resultados hayan "perdido toda credibilidad".
Esta acción sigue a los anuncios de Blinken el 12 de julio y el 5 de agosto, que impusieron restricciones de visado a otros 150 jueces, fiscales y familiares nicaragüenses de esos funcionarios bajo una política de restricción que se aplica a los nicaragüenses y sus familiares inmediatos que se cree que son responsables o cómplices de "socavamientos de la democracia", incluidos los responsables de abusos de los Derechos Humanos.
"Con la acción de hoy, subrayamos nuestro compromiso de promover la rendición de cuentas de todos los cómplices del asalto del Gobierno de Ortega-Murillo a la Democracia. No son bienvenidos en Estados Unidos", ha zanjado Price.